En muchas ocasiones le hemos dedicado tiempo a reflexionar sobre las personas mayores, sobre los adultos, los abuelos, sobre nuestros viejos. Esta semana, sin embargo, he estado pensando en sus familiares, en aquellos que ven de cerca su envejecimiento. Tuve dos conversaciones con personas que están enfrentando ahora mismo asuntos de depresión de sus padres o abuelos. Es realmente un drama. Te has preguntado ¿qué puedes hacer para subirle el ánimo a una persona que se encuentra en una actitud de tristeza recurrente y que debido a esa tristeza ve limitada su capacidad para enfrentar la vida diaria? Las familias tienen una gran carga cuando enfrentan estos fenómenos. Efectivamente el deprimido vive su proceso, y no quisiera desconocerlo, pero quien lo acompaña y sufre su dolor como si fuera propio también carga con su propia cruz.
No son suficientes las palabras para resolver esta situación; pero sí existe una fórmula que podría llegar a ser útil: cámbiate los lentes, mira la vida con otros ojos y dale un nuevo aire a la situación. Sabemos que es difícil y que no se trata de una tarea irresponsable, pero te animamos para que veas esa situación con otra fórmula. Transforma la nostalgia e impotencia en felicidad y gratitud. Intenta agradecer por esos episodios pues los momentos difíciles son los que nos forman. Al final de cuentas, así es como ellos quisieran verte siempre.
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